Nuestras obras apostólicas
La Familia de la Cruz vive y se desarrolla bajo el impulso del Espíritu Santo para continuar, a través del tiempo y del espacio, el clamor de intercesión que fue su origen: ¡Jesús, Salvador de los hombres, sálvalos!
Dios ha suscitado en la Iglesia diversas instituciones que, habiendo nacido de la Espiritualidad de la Cruz y viviendo de ella, tienen la finalidad de promover la santidad en el Pueblo de Dios, y constituyen la Familia de la Cruz.
En nuestro servicio apostólico, tienen preferencia las Obras de la Cruz, que son el núcleo original de esta Familia. Según su origen histórico, estas Obras son:
- El Apostolado de la Cruz,
- Las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús,
- La Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús,
- La Fraternidad de Cristo Sacerdote,
- Nosotros, Misioneros del Espíritu Santo.
El P. Félix de Jesús fue elegido por Dios, no sólo para extender las Obras de la Cruz, sino también para fundar otras que vivieran y difundieran el espíritu de Cristo Sacerdote y Víctima. En el campo de la vida consagrada:
- Las Hijas del Espíritu Santo,
- Las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo,
- Las Oblatas de Jesús Sacerdote.
Ante los cambios que nos presenta el mundo, los miembros de la Familia de la Cruz queremos dar un salto cualitativo de manera que, con nuestro modo de vivir —cada uno en su estado— y de ubicarnos en la sociedad, seamos realmente memoria visible de Cristo Sacerdote y Víctima, dentro de un pueblo llamado a ser pueblo sacerdotal, comprometido en la realización del Reino y haciendo un proceso de encarnación en las diversas culturas.