MISIONEROS DEL ESPÍRITU SANTO
XV CAPÍTULO GENERAL
Para ser memoria viviente de Jesucristo sacerdote y víctima, Dios nos pide:
1ª Revitalizar nuestra experiencia de Dios, para que nuestro estilo de vida personal y comunitario sea transparencia de radicalidad evangélica en el modo pobre de vivir, en la solidaridad con los que sufren y en la audacia de situarnos proféticamente en la Iglesia y la sociedad.
2ª Cultivar nuestra madurez humana, como elemento indispensable para construir comunidades sanas y de relaciones adultas, a fin de favorecer un proceso constante de conversión integral.
3ª Reestructurar el ejercicio de nuestra misión, profundizando e implementando la categoría Pueblo sacerdotal, generando procesos de santidad e impulsando con fuerza el compromiso de solidaridad.
4ª Hacer una opción por vivir en discernimiento personal, comunitario y pastoral, como mediación indispensable y estilo habitual de buscar la voluntad de Dios.